Febrero 26, 2013

La inteligencia artificial de la geoingeniería

(ver parte Parte 2 y Parte 3 aquí)

La Teoría del Caos propone que el aleteo de una mariposa en Brasil podría ocasionar un huracán en Texas. La Teoría de la Complejidad agrava el caos añadiendo efectos de tipo cuántico como podrían ser la modificación del genoma de la mariposa o las contradicciones en modelos de supercomputadoras. Ahora, los geoingenieros pretenden multiplicar la complejidad con política. El resultado es una forma de inteligencia artificial extrema.

Gaia es complicada. Desde la corrientes estratosféricas hasta los ríos submarinos —y de las emisiones y captura del plancton hasta la palmeras— la cuantificación, la cualificación y calibración de los sistemas planetarios es al menos tan difícil como lograr entender los genes y las neuronas. Pese a décadas de modelación, no estamos ni cerca de predecir cuál es el mejor día para un picnic el próximo mes o anticipar las tendencias de nuestro ADN, o localizar el lugar físico de la memoria en nuestro cerebro. Hemos aprendido, no sin cierta frustración, a mapear y manipular genomas, geografías y memorias, pero no podemos controlar las consecuencias. La distinción entre una manipulación y un modelado preciso es vital.
 
Los científicos y los gobiernos requieren una mejor comprensión sobre lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos. Reducir las emisiones es complicado. No reducirlas es más complicado. El posible desplazamiento de miles de millones de personas desde las llanuras costeras a terrenos más elevados resultará complicado. Responder a  inundaciones, sequías, huracanes, etc. será increíblemente difícil. Determinar qué cultivos pueden crecer y en qué lugar del planeta, será sumamente crítico y complejo. Que todas estas decisiones también sean políticas complejiza el problema. Cada opinión política afirmará fundamentarse en “una ciencia cierta”. La verdad y la transparencia son ya las víctimas de las negociaciones irresponsables hechas en torno al cambio climático. Ahora, los geoingenieros dicen que pueden ayudar a los gobiernos a hacer frente al cambio climático a través de la manipulación de los sistemas planetarios. Esto incrementa la complejidad en varios órdenes de magnitud y hace que la política de la gobernanza climática se vuelva aún más obscura.

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