Soluciones mal cocinadas. En Madrid se discutirá la gobernanza del sistema multilateral para la alimentación y la agricultura

La propuesta del G-8 de una “Asociación mundial” podría ser desastrosa

Asunto: El objetivo más importante (y muy necesario) de la próxima reunión de Alto Nivel en Madrid es reorganizar la administración intergubernamental de la alimentación y la agricultura. Durante la última crisis alimentaria, en 1974, los países de la OCDE agredieron al sistema unificado de la ONU y lo desmantelaron en cuatro fracciones hostiles entre sí. En medio de la actual crisis, las cuatro agencias padecen de falta de fondos, pésima adminisitración y mantienen una absurda competencia entre sí. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el más solitario de la banda, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), están padeciendo severas revisiones externas o cambios programáticos de fondo. Para complicar el problema, la Fuerza de Tarea de Alto Nivel sobre crisis alimentaria que estableció el Secretario General Ban-Ki Moon, ve en la reunión de Madrid una oportunidad para colarse al secretariado de la Asociación Mundial para la Agricultura y la Alimentación, propuesto por el G-8. Esta asociación jerárquica debilitaría sustancialmente la influencia política del G-77 en los foros sobre alimentación al construir un organismo amorfo “compacto” dominado por los gobiernos más poderosos, los agronegocios, las mega fundaciones y las instituciones financieras que cuenten con las suficientes organizaciones de la sociedad civil para callar las protestas contra la presencia de Monsanto y Gates. También en Madrid, atendiendo a la invitación del gobierno español, Jeffrey Sachs impulsará su propuesta para crear un fondo vertical para atraer dinero nuevo de las corporaciones y las fundaciones.

Foros: En Madrid podría darse un paso muy importante en el camino de las reuniones de alto nivel hacia un nuevo sistema de gobernanza. Hasta ahora no han faltado foros para que los gobiernos respondan a la la crisis alimentaria, pero sí gobernanza. El Foro de Alto nivel en Roma en junio pasado se movió hacia el Foro de Alto Nivel para la Eficacia de la Ayuda en Ghana en septiembre pasado, y luego al Segmento de Alto Nivel de la Asamblea General y de regreso a la Conferencia Ministerial de Alto Nivel de la FAO en Noviembre. Cualquier analista agudo de la alimentación que aún no tenga sangrado de nariz, tendrá que esforzarse para ir a otra sesión de Alto Nivel de la FAO en Noviembre, que seguramente estará acompañada de una Cumbre Mundial de la Alimentación con Barack Obama o una reunión en Madrid, aún más grande, el año próximo. Mientras cunden los foros de alto nivel, el CGIAR reestructura masivamente sus 15 institutos para convertirse en una sola entidad legal que seguramente tendrá sede en Roma. En tanto, el FIDA busca nuevo presidente después de un halagador aumento del 60% de sus fondos y el PMA parece sentir más cariño por el Banco Mundial que por sus hermanas, las agencias en Roma. 

Políticas: La Asociación Mundial propuesta por el G-8 promete mala gobernanza y se parece a la creación desesperada del inservible Consejo Mundial de la Alimentación (CMA) durante la crisis de 1974. El CMA se extinguió a principios de los noventa. En vez de empecinarse en acuñar algo nuevo, en Madrid deberían revisarse las cuatro agencias más importantes (FAO, CGIAR, FIDA y PMA) y ponerlas a trabajar juntas. Tratar de reorganizar esas instituciones una por una es como intentar enseñar a un elefante a bailar sobre una pata. Antes de inventar una nueva organización, en Madrid deben tomarse tres decisiones: (1) ponerse de acuerdo para una meta evaluación de las cuatro instituciones de alimentación y agricultura; (2) ponerse de acuerdo para coordinar las reuniones regulares de los cuatro cuerpos de gobierno, para revisar en conjunto dicha meta evaluación; y (3) ponerse de acuerdo para reestructurar las conferencias bianuales de la FAO de modo que los gobiernos, las agencias y otras partes preocupadas —especialmente organizaciones de agricultores en pequeña escala, pescadores artesanales, pastores y pueblos indígenas— hagan propuestas para reparar las fallas de la ONU en materia de alimentación y agricultura. Para estimular el debate, los seis diagramas en este breve reporte proponen fusionar el CGIAR con la FAO en una Nueva Conferencia para la Alimentación, la Agricultura y el Desarrollo Rural. Esperamos que esta propuesta esté lo suficientemente detallada y lo suficientemente incompleta como para provocar a cada uno de los grupos de interés y para que se impulse la reorganización de la deteriorada infraestructura del sistema multilateral.

 

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