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La contaminación transgénica como negocio

La contaminación transgénica como negocio
Español

Silvia Ribeiro* El 6 de marzo, el gobierno mexicano anunció que consideraba terminado (en todos los sentidos de la palabra) el marco legal de bioseguridad en México, abriendo las puertas a la experimentación con maíz transgénico. Un delito histórico, que marca la decisión del gobierno de enajenar y colocar en alto riesgo el patrimonio genético alimentario más importante del país.

¿Aterrorizados y derretidos?

La sociedad civil dice "NO" mientras los geoingenieros montan un escenario de shock para asaltar el planeta. Los gobiernos entusiasmados con la geoingeniería enfrentarán al Norte con el Sur, advierten críticos

Más de 80 organizaciones de la sociedad civil de 20 países enviaron un fuerte mensaje a científicos reunidos en Copenhague, con una declaración conjunta que fue redactada durante el Foro Social Mundial en Belém, Brasil: “El mundo mejor que buscamos no es con geoingeniería.” La declaración se publica al tiempo que un pequeño grupo de científicos de alto perfil se reúnen a discutir ciencias climáticas en Copenhague(1), con la idea de presionar a los gobiernos a que apoyen y financien experimentos de geoingeniería en el planeta. El Grupo ETC, organización internacional de la sociedad civil con sede en Canadá, publica la declaración, que se enfoca en la fertilización oceánica, una de las más controvertidas tecnologías de geoingeniería. Los grupos que la apoyan afirman que “la fertilización oceánica y otros esquemas de geoingeniería, injustos y de alto riesgo, son una respuesta equivocada al reto que presenta el cambio climático global.”

Declaración de la Sociedad Civil contra la fertilización de los océanos

El mundo mejor que buscamos ¡no es con geoingeniería!

Esta declaración se redactó durante el Foro Social Mundial en Belém, Brasil, en enero de 2009. El Grupo ETC la publicó el 10 de marzo de 2009, en la víspera de la discusión sobre geoingeniería en la Conferencia de Copenhague sobre Cambio Climático: Riesgos globales, retos y decisiones. La lista de las organizaciones que apoyan esta declaración incluye solo las que recibimos antes del 10 de marzo. Las organizaciones que quieran firmarla envíen un correo electrónico a veronica@etcgroup.org antes del 17 de marzo de 2009.

El Tiempo se agota para detener el cambio climático

A menos de un mes del ciere de la convocatoria del Grupo ETC a la competencia “Tapando el sol con un dedo”, personas de todo el mundo han enviado sus excéntricas ideas para rediseñar el planeta, de modo que el planeta (junto con nosotros) pueda sobre vivir el cambio climático. Las propuestas de algunos geoingenieros profesionales para manipular los suelos, el mar y la atmósfera en gran escala ya están llevándose a cabo: propuestas para desparecer las emisiones, evitar que la luz del sol llegue a la Tierra y, por supuesto, para lucrar con el mercado de carbono.

Patentando calabazas

Patentando calabazas
Español

Silvia Ribeiro Una empresa semillera estadunidense presentó una solicitud para patentar las calabazas. ¿Suena a cuento? Lamentablemente, si la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos (USPTO) concede la patente US20080301830, la realidad habrá superado nuevamente a la ficción. La empresa Siegers Seed Company, con base en Michigan, Estados Unidos, pretende lograr el monopolio sobre todas las calabazas que tengan alguna rugosidad (como verrugas) en la cáscara. Esto comprende muchísimas de las calabazas de mayor consumo en el mundo.

El Grupo ETC convoca a la primera competencia de geoingeniería de la historia: "Tapando el sol con un dedo"

Arranca la primera competencia “Tapando el sol con un dedo” para las propuestas de geoingeniería más excéntricas para combatir el calentamiento global, al tiempo que la discusión sobre las propuestas técnicas para arreglar el planeta se pone más en boga: desde principios de año, un barco de India y Alemania zarpó hacia el océano y arrojó toneladas de sulfato de hierro por la borda en un dudoso intento por capturar dióxido de carbono en la profundidad del océano.[1] Una irresponsable empresa con capital de riesgo se prepara para verter urea en el Mar de Tasmania con el mismo propósito;[2] una universidad inglesa publicó la lista de las prácticas de geoingeniería más frecuentes;[3] y la Royal Society del Reino Unido está a punto de presentar su propia evaluación sobre la geoingeniería.[4]

Mensaje a la Oficina de Patentes de Estados Unidos: Olvídense de la patente sobre las verrugas, hace mucho que existen

El 4 de diciembre de 2008, mientras en Estados Unidos se consumían las últimas rebanadas de tarta de calabaza de la cena de Acción de Gracias, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO, por sus siglas en inglés) publicó la solicitud de patente número US 20080301830 A1 sobre una calabaza verrugosa, “inventada” por el director de ventas y mercadotecnia de la Siegers Seed Company en Holland, Michigan. La solicitud de patente reclama una “calabaza verrugosa… en la cual la cobertura externa incluye al menos una rugosidad asociada con la cobertura externa del cuerpo.”

Lo último sobre LOHAFEX: arrojando por la borda la precaución (y el hierro)

El Grupo ETC se unió al coro de voces, incluyendo la del Ministerio Alemán del Ambiente, para expresar su profundo rechazo a la decisión de la Ministra de Investigación de Alemania de reautorizar la controvertida expedición LOHAFEX de fertilización del océano. Los investigadores a bordo del buque alemán RV Polarstern han arrojado ahora seis toneladas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados del océano abierto en el Mar de Scotia (al este de Argentina) para estimular artificialmente el florecimiento del plancton. Será uno de los experimentos de fertilización oceánica más grandes hasta la fecha.

Más sobre la expedición de LOHAFEX

Siguen los planes de fertilización oceánica a pesar de que el Ministerio del Ambiente de Alemania pidió que el barco se detuviera

En medio de una creciente oleada de protestas de los cuatro continentes, el Ministro Federal del Ambiente de Alemania, Sigmar Gabriel, ha pedido repetidas veces al buque alemán de investigación, el RV Polarstern, que detenga su controvertido experimento de fertilización del océano.(1) Sin embargo, los geoingenieros a bordo parecen ignorar los llamados el ministro. Ya en alta mar, van a todo vapor hacia el sitio en que intentan realizar el vertido de hierro.

Geoingenieros alemanes muestran voluntad de hierro para desafiar moratoria global de la ONU

Una controvertida expedición de geoingeniería partirá desde Sudáfrica hoy desafiando la moratoria sobre estas actividades, firmada por 191 naciones en la ONU. En respuesta, grupos de la sociedad civil global llaman a los gobiernos y a Naciones Unidas a to

El RV Polarstern, un buque alemán de investigación, propiedad del Instituto Alfred Weneger para la Investigación Marina de Postdam, Alemania, partió de Ciudad del Cabo el 7 de enero de 2009 para iniciar un experimento en gran escala de geoingeniería, llamado “Lohafex”. La expedición Lohafex, aprobada por los gobiernos de India y Alemania, según Victor Smetacek, uno de los científicos a cargo de la expedición, propone verter partículas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados en el océano abierto en el Mar de Scotia, cerca de Antártica. El equipo busca provocar un florecimiento masivo de plancton que pueda percibirse desde el espacio exterior. La expectativa es que al “fertilizar” el océano con hierro ocurra una enorme captura de carbono, lo cual demuestre que esta técnica es un remedio veloz para el cambio climático. Experimentos anteriores con fertilización oceánica han demostrado que este no es el caso.

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