Marzo 31, 2002

La vuelta de Nature... o cómo evitar el debate sobre biotecnología y biodiversidad

Aún más sobre el escándalo del maíz en México

Desnaturalizando a Nature: La revista Nature — una de las publicaciones científicas más influyentes del mundo— escribe en una nota editorial de hoy (2002) , que al contrario de lo que reportó el 29 de noviembre del 2001, “…las evidencias disponibles no son suficientes para justificar la publicación del artículo original.” En otras palabras, no se habría probado que las parcelas campesinas en Oaxaca y Puebla estén contaminadas con maíz transgénico. El último número de Nature contiene dos artículos de científicos que refutan los reclamos originales de contaminación y contestan a los científicos que fueron autores del artículo original revisado por pares. David Quist e Ignacio Chapela de la Univesidad de California en Berkeley respaldan su estudio y agregan que otros estudios realizados por el gobierno mexicanos confirman sus hallazgos.

El punto ciego de la biodiversidad: La doble actitud de Nature no podría haber llegado en un mejor momento para la industria de la biotecnología. El próximo lunes, más de 150 gobiernos y un número igual de organizaciones de la sociedad civil se encontrarán en La Haya, Holanda, en la reunión del décimo aniversario del Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (CDB, 8 al 26 de abril). Entre los temas previstos en la agenda están la moratoria a la tecnología suicida Terminator, la protección de bosques y selvas y la discusión del recién finalizado Tratado de Recursos Fitogenéticos. El caso de la contaminación con maíz transgénico en México es tema obligado para muchas de las delegaciones. La última semana de reuniones está previsto revisar el progreso del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad adoptado hace dos años. Los elementos de ese protocolo y su crucial Principio de Precaución traerán también a la palestra el escándalo de conbtaminación en México. “Si el CDB no puede actuar sobre situaciones como la de México, si los gobiernos no pueden ponerse de acuerdo en que el Principio de Precaución aplica en este caso, —afirma Silvia Ribeiro del Grupo ETC— entonces hay muy poca esperanza de que este Convenio, con ya 10 años de edad, sirva para algún propósito útil.” El editorial de Nature podría tener el efecto de desdibujar y confundir las preocupaciones gubernamentales.

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