Enero 31, 2022

El campesinado y la agricultura en pequeña escala son quienes siguen alimentado al mundo

Documento de contexto: Por qué importa explicar las afirmaciones contrapuestas del 70% frente al 30%

Ha surgido un debate sobre qué proporción del suministro mundial de alimentos proviene de la agricultura campesina y en pequeña escala, un debate que puede tener grandes implicaciones para la elaboración de políticas que respondan al hambre. Organizaciones de la sociedad civil y movimientos campesinos han calculado que alrededor del 70% del mundo es alimentado por la agricultura campesina y en pequeña escala. Sin embargo, dos trabajos académicos recientes afirman que sólo alimenta a un tercio de la población mundial. Resulta significativo que uno de estos nuevos trabajos esté redactado por la agencia alimentaria de la ONU, que aconseja un cambio de política hacia mayor apoyo a las grandes cadenas agroalimentarias.

Los dos estudios son:

Ricciardi V. et al., (2018), "How much of our world's food do smallholders produce?", Glob. Food Sec. 17, 64-72.

Lowder S.K., et al., (2021) "Which farms feed the world and has farmland become more concentrated?", World Development, 142.

Un examen más detallado de estos documentos (a continuación) sugiere firmemente que no se debe confiar en ellos para orientar los cambios de política. Las preocupaciones incluyen:

1. Ambos estudios sólo miden la producción agrícola, lo cual es una forma inexacta de entender quién alimenta al mundo (ignorando la importancia fundamental del consumo). Aseguran que el cálculo del 70% es falso, al tiempo que definen erróneamente lo que describen.

2. Ambos estudios pasan por alto una gran cantidad de alimentos que se consumen, en especial los que consumen las personas más pobres y comunidades campesinas.

3. Los estudios utilizan diferentes indicadores, a veces inapropiados, que sustituyen las mediciones necesarias: cuentan la cosecha, la superficie de la tierra o el valor económico de los alimentos como sustituto del consumo y de la nutrición adquirida.

4. Ambos estudios limitan significativamente la definición de la “pequeña escala” a dos hectáreas, al tiempo que excluyen de sus cálculos otros tipos de producción campesina y en pequeña escala.

5. Uno de los estudios (Ricciardi et al.) introduce un importante sesgo geográfico, excluyendo datos precisamente de las regiones con más campesinado y producción en pequeña escala.

Este informe proporciona los antecedentes de esta disputa, el porqué es importante, y describe las formas en que estos dos estudios fallan a la hora de aclarar quién alimenta realmente al mundo.