Tecno-Patriarcado y la “Permacrisis”

Lo que falta sobre digitalización en el borrador cero de la CSW67

 

Resumen

 

Ahora que la 67ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW67, por sus siglas en inglés) pone su atención en la digitalización, al igual que el resto de las Naciones Unidas, este informe se enfoca en los aspectos menos discutidos del actual tsunami de la digitalización, que probablemente marcará el comienzo de una nueva oleada mundial de impactos en cuestión de género, a medida que el tecnopatriarcado, junto con las grandes empresas agrícolas y otras industrias, sueñan sin descanso con nuevas formas de obtener beneficios mediante la digitalización en tantos sectores como sea posible (a menudo de formas extraordinariamente descabelladas e innecesarias).

 

Es probable que la violencia de género facilitada por la tecnología se vea exacerbada por los impactos ambientales de las tecnologías digitales que hasta ahora han sido pasados por alto, como el uso extensivo de energía, la dependencia del agua y la extracción de minerales, lo cual se traduce en despojo, acaparamiento de recursos, marginación y violación de los derechos de las comunidades.

 

También se espera que la digitalización en curso (pero poco conocida) de todos los sectores de la alimentación y la agricultura, desde la cría hasta la venta al por menor, tenga amplias repercusiones de género, como el agravamiento del despojo de tierras y recursos, el desplazamiento de las formas de subsistencia y la mano de obra, la marginación de los procesadores y minoristas de alimentos tradicionales y la violación de los derechos humanos de las trabajadoras agrícolas en todo el mundo.

 

La digitalización no es una panacea para los retos del desarrollo ni una vía por defecto para la transformación de la sociedad. La intensa promoción de las tecnologías digitales como remiendos tecnológicos a las actuales crisis mundiales en torno al cambio climático (por ejemplo, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) y la pérdida de la biodiversidad (por ejemplo, en el Convenio sobre la Diversidad Biológica) son falsas soluciones extremadamente peligrosas que distraen y retrasan las soluciones reales para fomentar un mayor control corporativo, lo cual tendrá mayores impactos directos e indirectos sobre las mujeres y otras personas en todo el mundo.