Marzo 30, 2006

La ONU mantiene moratoria sobre tecnología Terminator

Un movimiento mundial de agricultores, pueblos indígenas y organizaciones sociales demandan su prohibición

Es oficial. Los gobiernos reunidos en el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU (CDB) resolvieron por unanimidad mantener la moratoria internacional de facto sobre la tecnología Terminator -cultivos diseñados genéticamente para producir semillas estériles. La 8ava reunión del CDB terminó hoy en Curitiba, Brasil.

"El CDB rechazó decididamente los esfuerzos de Canadá, Australia y Nueva Zelanda -apoyados por el gobierno de Estados Unidos y la industria biotecnológica- para terminar con la moratoria sobre las semillas suicidas" dijo María José Guazzelli de Centro Ecológico, una organización agroecológica con sede en Brasil.

"Por decisión consensuada, todos los gobiernos reafirmaron la moratoria sobre la tecnología de ingeniería genética que amenaza las formas de supervivencia de 1 400 millones de personas que dependen de la semilla conservada de la cosecha", enfatizó Pat Money, Director del Grupo ETC.

En las últimas dos semanas, el llamado a la prohibición de la tecnología de semillas estériles robó la escena durante la reunión de la ONU en Brasil. Miles de campesinos, incluyendo el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra de Brasil (Movimento Sem Terra) se manifestaron diariamente afuera de la sede de la reunión exigiendo una prohibición total de Terminator, y el 23 de marzo las mujeres del movimiento internacional de agricultores Vía Campesina, escenificaron una protesta silenciosa dentro del imponente salón de negociaciones.

"Las semillas Terminator son semillas genocidas," dijo Francisca Rodríguez de Vía Campesina, "Nos llena de orgullo y alegría haber dado un paso más en la lucha pero no nos detendremos hasta que Terminator sea eliminado completamente de la faz de la Tierra."

La moratoria del CDB sobre Terminator, adoptada hace seis años estuvo a punto de terminarse por la insistencia de tres gobiernos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, que insistieron en sustituirla por una "evaluación de riesgos caso por caso." Una amplia coalición de agricultores, movimientos sociales, pueblos indígenas y organizaciones de la sociedad civil presionó a los gobiernos reunidos en Brasil para rechazar el controvertido texto, que abriría la posibilidad de que cada gobierno permitiera pruebas de campo de Terminator sin reparar en sus devastadores impactos sociales.

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